Siempre hay historias que quedan ocultas por el contexto de donde ocurren, sus protagonistas se disuelven en hechos y números, son solo granos de arena en un desierto de tragedias, penas, amores, victorias, derrotas y todo lo que trae el término e inicio de algo más. Esta es una de millones de historias que el mundo nunca vio o escucho, una historia que inicio en la desesperación y caída de un gobierno, como la ignorancia no nos libra de las consecuencia de lo que nos rodea, y cuando se lucha creyendo que nuestros actos son los correctos.
La vida no es justa, pero eso no quita que nuestros actos sean justos. Esos eran los pensamientos de aquel hombre en el camión que los llevaba a la batalla, se hablaba de liberar al país de un enemigo, pero el solo podía pensar en su familia, sus padres y hermanos, diciéndose siempre que hace esto por ellos, mientras apretaba su arma con sus sudadas manos por causa del miedo y la preocupación.
Una familia que le dio todo, la educación y valores que el juro defender para lograr estar donde el soñó estar desde pequeño, tener la fuerza para impulsar y sacar adelante a los niños de su familia y que tuvieran la misma oportunidad.
Busca confort en sus recuerdos. Cuando llego a casa con el uniforme por primera vez y su madre rompió en llanto, su padre con mirada de orgullo lo saluda, sus hermanos deslumbrados se colgaban de el con abrazos amorosos, pero sus vecinos observan asustados e incrédulos de quien fuese.
Un bombardeo cae en la casa de gobierno, el rugido de las fuerzas armadas de su mismo país lanzan un ataque a lo que fue antes el edificio de máxima autoridad, dentro el enemigo que alguna vez gobernó con ideales distintos a muchos no teme a la muerte, con el mismo patriotismo que los militares que le atacan, está dispuesto a luchar por lo que cree mejor para millones.
Las bombas pararon. La razón cayó ante la fuerza y los participantes del bando victorioso fueron devueltos con sus familias.
Para un peón, alguien que es completamente desechable a los ojos de los poderosos, poco importo la procedencia de este hombre, aquel que añoraba su hogar y familia, que al llegar donde debían estar aquellos quienes lo esperarían, mientras el salvaba su tierra y luchaba por un futuro mejor, solo encontró ruinas. El silencio de un pueblo fantasma respondía sus gritos de dolor y pena, poco se podía entender de sus sollozos y alaridos, el soldado que lucho por la patria solo podía decir los nombres de los desaparecidos.