Imagina un ser que todo lo puede y todo lo ve, un ser con la capacidad de cambiar las leyes naturales a su voluntad, un ser con tanta omnipotencia que la humanidad se inclina ante él. Tanto es su poder que trastorno a la raza humana para que adoren el cadáver y la tortura de quien se le enfrento alguna vez. Sus seguidores, incapaces de ver a otros que no lo adoren, desgarran la carne del cuerpo de sus hermanos, queman mujeres vírgenes en sacrificio a él y para demostrar hasta donde llega su lealtad.
Su voluntad se impuso ante la humanidad hace mucho, las creencias y mitologías pasaron a ser tratadas como simples cuentos, se instauro la creencia en él como una verdad, hoy en pleno siglo XXI guerras se libran en su nombre, políticos se escudan en sus palabras, consumen el alma de muchos, se alimenta de su fuerza y esperanza con la falsa creencia que él es el salvador. Sus más fieles devoran los recursos de la vida en mundo desde las sombras esperando volverse uno con el ser que adoran.
Yo creí en él, compre la propaganda que se me vendió, no solo yo fui crédulo, mi madre y padre, al igual que sus padres, sus hermanos, sus abuelos y las generaciones pasadas que nunca cuestionaron alguna vez la creencia de un ser de tal magnitud. ¿Cómo puede existir duda, si te enseñan a no cuestionar de lo que afirman los vendedores de su creencias?.
Ahora yo estoy en las puertas de sus tierras, la visión horrenda y el hedor pútrido me hacen dudar… el atravesar la puerta confirma mi estupidez…
Hace mucho la humanidad murió, el día que se entregó como ganado, las ovejas no se dieron cuentas que vivían en el matadero y la puerta que los llevaría a la gloria, solo eran las fauces de la bestia.