Este mundo está lleno de bastardos dispuestos a todo por unos cuantas monedas. Es cosa de pensar en alguien que está desesperado por algo que sacie su necesidad, personas tan destruidas por dentro que solo queda un ser que busca consumir la esencia que lo transformo en primer lugar… sustancias que te vuelven esclavos de tus deseos más bajos, píldoras mágicas que te hacen desaparecer de este mundo. Parezco un comercial anti drogas, pero ese no es mi punto. A lo que me refiero es que cualquiera que este desesperado por dinero puede hacer algo despreciable por un poco de efectivo, pero nadie te daría un servicio como el mío. No soy un drogadicto, tampoco un psicópata, solo un sujeto emprendedor en un mundo difícil.
Mi trabajo es desagradable, despreciable y es algo incomprendido, pero no me creerías cuantos me contratan al mes. Para darte una idea diré que mi agenda, Cosa que tuve que hacer por motivos de organizar para que mis clientes tengan un servicio adecuado, está llena hasta fin de año, y estamos en Agosto. Mi demanda es alta, ¿será por qué apunto a una clase media?. Hace unos años tuve un par de ricachones que me contrataron, al decirles el costo de mi servicio su expresión cambio a duda, quizás pensaron que era un tipo mediocre, “Disculpe, pero ¿está seguro que es un profesional?” dijeron, creen que por cobrar barato será un mal servicio, para entonces llevaba más de 4 años haciendo lo mismo de manera limpia y sin consecuencias, sin dejar evidencia alguna de mi actuar o de lo ocurrido con las personas. El tiempo pasó y la gente que venía a mi oficina pasó de ser un ricachón desesperado a ser el típico perdedor con miedo a hacer lo que debía…
Cerré la boca por un momento. El chico que escuchaba mis tonterías al final se relajó y pude desatar sus pies. Le quite las mordazas y el pañuelo que tenía en la boca que no le permitía hablar. Al estar libre me miro algo temeroso y pregunto sobre mi trabajo… “¿Qué hacía para ganarme la vida?”. Me causo gracia y no pude evitar reírme. Después de todo ese monologo y mierdas que dije camino a este bosque alejado de todo, mientras él estaba completamente inmóvil con amarras, ¿no pudo deducirlo un poco?... las últimas palabras que le dirigí fue mi respuesta: “Las mierdas que nadie quiere hacer”.