Cómo olvidar su aroma.
Me pregunto si puedes amar a alguien quien no debes conocer, realmente ella nunca me conoció, más bien me conocerá, y ahora que se acerca ese día no puedo dejar de pensar siquiera qué debo hacer. Conozco como actuará el tiempo, sus jugarretas y su estúpido capricho de destinar a las personas y condicionarlas con las consecuencias de sus acciones, no puedo actuar por gusto en esta ocasión, pero es la última de mis oportunidades, el tiempo transcurre de manera normal y la vida que quiero es solo más que una ilusión que se borró tras unas elecciones mal tomadas, todas terminaron peor que mal... no quiero que muera, no otra vez.
Es trágico pensar un poco en aquellos momentos que jamás existirán, los que quedaron en mí en mi pasado y en el futuro de este mundo, me tortura recordar la sensación de su sangre en mis manos, mientras esperábamos la ambulancia y cómo la gente se reunía a una distancia de no más de 3 metros y sacaban sus celulares para ver la escena, había disparado contra la chica y nadie escuchó o vio nada, solo a alguien desangrándose a causa de una bala y a su pareja sollozando de impotencia.
Yo soy el gatillo de muerte, en cada oportunidad que tuve para salvarla en mi pasado fueron contrarrestadas por la misma muerte, si una bala no la mataba, lo haría un automóvil, si este fallaba un desprendimiento de cemento le continuaría desde las alturas, incluso si esto se podía predecir, la muerte la seguiría por motivos que yo no entendería, solo en el mundo donde nunca se cruzaron nuestros caminos ella continuó su vida.
Investigué su vida en aquella oportunidad, mientras ella vivía yo la decidí conocer de otra manera, después de casi un medio año de investigación y un par de repeticiones, comprendí que la mataba “yo”, su vida era una serie de minas plantadas a lo largo del tiempo, malos chicos y parejas con mucho poder que se obsesionaron con ella y no podían verla con otros hombres, trabajos en el sub-mundo de la delincuencia, incluso encontré ocultismo en su hoja de vida, unos 27 años demasiado entretenidos para cualquier persona en la tierra, se podrían decir que era una “Bruja asesina” en el sentido literal del título. Mientras observaba la cadena de minas en la vida de la mujer, me tomé el lujo de hacer lo mismo con la mía, cada una de mis acciones que definen la persona quien soy en este momento es un detonador a las bombas plantadas que definían la personalidad de ella. Dos personas que no se pueden conocer.
El día llegó, yo nervioso caminaba por una calle estrecha, miraba mi reloj alarmado, pero una mano ágil se desliza entre la multitud, el aroma que se desprende de la persona a mi lado es reconocible al instante, no importa que tan hábil es ella, no puedes competir contra alguien que vivió en incontables oportunidades esta situación, sabes cómo reaccionar, y su mano delgada es atrapada por la mía, pero estoy decidido, aquel agarre no fue con el fin de evitar el robo, fue una despedida, y mientras todo esto ocurría mis labios susurraron a lo más cercano a su rostro “Gracia por todo... Shira”, deje ir su mano, con sigo la maqueta de celular que preparé la noche anterior, y nos perdimos en la multitud, antes de irme voltee sutilmente para ver su rostro una última vez, el cual derramaba lagrimas mientras veía la nota pegada en el celular de juguete...
Nota del autor : Muchas gracias por leer.